CAPITULO 5

Tras la terrible sesión de orgasmos forzados has quedado hecha polvo pero, poco a poco, recuperas las fuerzas para beber y comer la comida para perros que te ha dejado. Odias su sabor y su olor pero tienes hambre y, sobretodo, temes lo que tu Amo podría hacerte si no te la comieses. Tras vaciar tu plato te tiras en tu camita a descansar. Duermes durante varias horas de paz, que tu cuerpo agradece. Aunque sientes que el tiempo de solaz ha sido demasiado breve cuando te despiertas con el...

CAPÍTULO 4

Las luces se encienden sacándote de tu sopor. Devolviéndote a la realidad. Recordándote que pronto volverá tu secuestrador y que debes prepararte tal y como te ha indicado.

Te levantas asqueada, dolorida y con algo de frio. Pero tratas de ignorar todas esas sensaciones y empiezas a acicalarte. Primero el pelo, luego te lavas los dientes y sin poder retrasarlo más te pones una lavativa tal y como te enseño el ayer, descubres que haciéndolo tu misma no se siente tan mal. Finalmente...

CAPÍTULO 3

Calculas que han pasado un par de horas cuando lo oyes regresar, o eso supones porque encerrada en ese lugar solo sientes que el tiempo pasa terriblemente lento. Te basas mas en el hambre y la sed que vuelves a tener ya que la ultima "comida" por llamarlo de alguna manera fue la noche pasada.

En cualquier caso en este tiempo te has acostumbrado un poco al corsé y el collar, aunque todavía te dificultan la respiración.

Se abre la puerta y al verlo de nuevo sientes un es...

CAPÍTULO 2

La habitación

con el cartel

"Perra 1", en la que

ahora

est

á

s

descansando

es mucho mas pequeña que donde despertaste por primera vez.

De hecho, mas que una habitación, es un

zulo. La luz ha estado apagada desde que te dej

ó

descansando y ahora a oscuras,

sobre una pequeña cama para perros,

esperas a que regrese. El silencio es apabullante pero al menos no hace frío.

El sonido de

una puerta lejana, que se abre y se ci...

CAPÍTULO 1

El neón del techo se enciende y apaga de forma intermitente con un molesto zumbido. Hace calor entre esos cuatro muros de cemento sucio y sin ventanas, probablemente debido a los tubos de calefacción que recorren la pared del fondo y al lado de los cuales estas atada a la pared con unas esposas. Tirada en el suelo sobre un viejo colchón te sientes mareada y con la boca como si hubieras estado comiendo corcho. Está claro que en algún momento alguien te drogó mientras estabas de fiesta. De he...