Nelson y yo
Hice realidad mis fantasías con mi negro amado amigo
NELSON Y YO
Había yo llegado al puerto después de un largo y extenuante viaje por una trocha cuyos lodazales atollaban al campero de uso público en el que viajamos ocho personas. El viaje había sido previsto para cinco horas, pero las atolladas lo extendieron a ocho. Nelson, mi amigo desde hacía cuatro años, me esperó pacientemente allí para tomar la lancha que nos llevaría finalmente al pueblo. Me emocioné al verlo con su piel oscura, sus facciones negras, su cuerpo bien formado alto y elegante...