Fóllame ya!!, Me pone como una mot tu indifirencia
Dadme vidilla o acabaré poniéndole nombre a mi consolador y acabaré hablando con él.
Ya hacía años que Maribel no distinguía entre los días de la semana. Solo sabía que era fin de semana porque sus hijos y marido la devolvían a una vida “normal”…todos en casa. No dejaba de pensar en que la vida la sorprendiera con algo que les despertase del letargo familiar.
Muchas mañana antes de poner a los niños en marcha le gustaba disfrutar de su momento especial. Si su marido se había ido ya. Se levantaba; se iba a la ducha y dejaba que el agua caliente recorriese todo su cuerpo como una car...