Chochito negro & chochito blanco

Ella gozará manteniéndome al borde del orgasmo y solo cuando lea en mis ojos la desesperación me hará llegar a un clímax tan violento que aullaré de placer, y entonces volveré a vengarme de la manera más caliente y amorosa que conozco, ella lo sabe, su panochita mojada lo presiente

Es una historia enrevesada, hecha de desencuentros y de broncas, una historia hecha de lágrimas, porque a mí me parece que siempre supiste que esos ojazos negros, esa boquita carnosa y roja, ese pelo tan largo que a todas nos daba envidia, formaba también parte de mis dolores y frustraciones, y aunque esto parezca una frase gastada, fue así "desde el primer día que te vi"… pero déjame hacértela corta, para que aclaremos todo desde ahora, no te preocupes, después de decirte todo lo que traigo adentro n...

La venganza del ángel

Sentí que su almejita se cerraba en una contracción como de leve tenaza...

La venganza del ángel

-Vivimos una época en que la conciencia mítica resurge cada tanto en oleadas, desde las diferentes culturas, incluso en los países con mayor nivel de tecnología y desarrollo científico, si visitan Internet verán miles de páginas dedicadas a los ángeles, por ejemplo- dijo el profesor Nielsen mientras respondía a las preguntas al término de la conferencia sobre la conciencia mítica en el mundo tecnologizado, que me dejó impresionado por la sensatez con la que encaró el tema,...

Concierto de guitarra y chochito ardiente

Aparté un poco del musgo crecido de su oscuro vellón, besé sus muslos y cuando pasé mi lengua por esa rajita mojada la sentí estremecerse, gimió, abrió los muslos y comenzó a moverse...

-Quiero entender esto, señorita Leopold, ¿quién tomó la decisión de cotizar el alquiler de un cuarto para una postulante a nombre de la fundación sin consultarme antes?

La señorita Leopold se acomodó las gafas, siempre se le deslizaban sobre el puente de la nariz aguileña. Los bordes de sus labios lucían arrugados por su costumbre de apretar la boca, como si quisiera hacerla más pequeña.

-Doctor, fue una sugerencia del doctor Merejo, él tiene mucho interés en que la Fundación patrocine a e...

Entre dos chochetes

Se lo metí y ella cerró instintivamente la cuevita trasera mientras mi lengua iba desde el perineo hasta la concha y entraba...

No volví a ver a Marta desde entonces, ni a su amiga Poli, aunque sé que ellas siguen siendo grandes amigas, lo sé por los mails que me envía mi hija, en los que siempre me habla de las dos.

Era verano y hacía calor, faltaban unos días para que empezara el año escolar, y yo tenía el pasaje en el bolsillo. Habíamos arreglado con Marta la separación definitiva, hacía muchos años que no vivíamos juntos y llegamos a un acuerdo, la casa para nuestra hija con el usufructo a nombre de Marta, de manera...

El culito de Tamara

Acaricio ese culito respingón que me encanta morder, pero esta vez estoy tierna, solamente le doy besitos, su lengua me hace estremecer porque ha entrado donde sabe estremecerme...

No hubo un día de ese año que Tamara y yo no nos odiáramos. Había un único objetivo en todo lo que yo hacía: hacerle la vida un poco más imposible. Las chicas y los chicos veían cómo nos mirábamos con tanto odio y trataban de hacernos la liga, ¿viste cómo te miró Tamara? Tamara, parece que Laura te tiene tirria, ¿le tenés miedo? ¿Quién, yo? Yo a los ratones nunca les tuve miedo. Pasaron los meses y llegó el invierno. La lluvia y el viento se hacían sentir con furia en las noches de agosto y yo tenía d...

Nos habíamos odiado tanto

En la secundaria ella lo ignoraba, pero después de algunos años terminan haciendo el amor como dos adolescentes...

Cordelia

Eran las ocho de la noche, hacía un frío que parecía cristalizar el aliento y en las calles de la ciudad no había nadie. Apuré el paso para entrar a la clínica y al trasponer la puerta de grueso cristal no podía creer que estaba entrando a ese lugar, a esa hora de la noche, para dar mi sangre por una persona a la que odiaba con toda mi alma, con la misma intensidad con que la había amado en silencio en los años del bachillerato.

Su madre salió a recibirme pero fui cortante, pregunt...

Mientras Loreley duerme

Entonces ella levantó las nalguitas y sus labios y su chochete mojadito reclamó mi atención, la hice dar vuelta, pasé la lengua por los bordes y luego la abrí de par en par para darle la chupadita más rica que me fue posible, primero le pasé la lengua abierta, después atrapé su botoncito enrojecido con los labios, introduje el pulgar en la entrada de su culete y ella comenzó a moverse y a gemir...

Loreley despertará dentro de poco, y mientras el deseo comienza a tejer fantasías en mi cerebro porque la veo desnuda sobre la cama, con el chochito recién afeitado, olorosa a colonia de jazmines, recuerdo también el comienzo de esta historia. La tarde caía triste y polvorienta como en un poema de Antonio Machado y yo estaba ahí, parada entre dos mundos frente al edificio de apartamentos donde vivía… se cumplía el primer mes desde que podía dormir sin pastillas, se cumplían seis, o talvez siete meses,...