Una madura caliente (segunda parte)
Al fin se concreta el deseo de una mujer casada, adicta al BDSM (Se recomienda leer la primera parte)
Después de lo sucedido en el McDonalds, Andrés me pidió que nos encontráramos nuevamente en ese local, para luego ir a su casa. Yo estaba muy fastidiosa porque el día anterior me había dejado con las ganas pero no dije nada.
Me vestí de manera un tanto provocativa, blusa ajustada, falda corta, sandalias, y solo una tanga como ropa interior. Estaba realmente caliente, lo único que deseaba era que ese hombre me tomara de una buena vez.
Me recibió con una enorme sonrisa y un beso muy dulce en mis l...