Dije que sí y ahora soy un cornudo consentido y fe

No es sólo que folles con otro, amor mío. Es que eres tú la que te lo follas, la que se sube encima de él y lo devora. Te lo comes con tu coño, con tu culo, con tu boca y hasta con tus tetas porque hasta te lo follas a la cubana apretando su polla con tus tetas. que es así, que tiene que se así y

Sé que es así, que tiene que se así y que soy yo el que ha provocado todo esto, pero no sabía que llevaras dentro esa mujer tan pasional que ahora asoma. Porque desde que te propuse hacer un trío aquella noche y tú te enfadaste, todo ha cambiado. Entonces te enfadaste conmigo, dijiste que tú no eras una puta y que no pensabas follar con otros.  Además creías que era una trampa y que si decías que sí, si aceptabas, yo podría acusarte de querer ponerme los cuernos. Y sabes que no era eso.

Deseaba de ver...

Universitaria joven cumple tu fantasía de ser cor

“Universitaria joven y muy atractiva te hará pasar los mejores momentos y cumplirá todas tus fantasías”. Eso leí en un pasquín colocado por la calle. Se trataba de Ana, una chica estudiante que se prostituía para pagar sus estudios.

Luego supe que sus padres tenían problemas económicos y ella se pagaba los estudios, los gastos de su familia y algún capricho,  ejerciendo la prostitución cuatro o cinco veces por semana.

Era una morenaza de escándalo pues era alta, con unas buenas tetas, un buen culo y unos muslazos imponente. Una “jaca”, que se dice. Se anunciaba por los barrios bien de la ciudad porque así, y según me dijo luego, follaba con empresarios, con dinero, que la trataban con educación y respeto. Cobraba 200 euros la hor...

Megan Jones me hace cornudo feliz

La conocí en el club de alterne. Se hacía llamar Megan Jones y era de nacionalidad cubano-americana. Era alta, morena, con un cuerpazo de ensueño y unos muslazos rotundos que la hacían aún más bella, más rotunda, más Diosa. Me enamoré de ella nada más verla, aunque sabía que iba a sufrir.

Siempre me han atraído las mujeres robustas, altas, con unos poderosos muslos y unos fuertes brazos. Me imaginaba que con ellos me abofeteaba y me corría. Era una jaca en todo el amplio sentido de la palabra. Un monumento.

Y como es natural, todos iban en el club detrás de ella, todos querían follarla y guardaban cola para hacerlo. Y era la chica más cara y los llevaba a todos locos. A mi también. Le había propuesto que folláramos pero se negaba. Conmigo se negaba y no quería. Hablé con su jefa y me d...

Cornudo, puta y travesti

Pusiste un anuncio en una web de contactos: "Busco un Ama para dejar en sus manos a mi marido, cornudo sumiso, mientras yo disfruto un fin de semana con mi amante". Me lo diste a leer y me preguntaste qué me parecía.

No supe qué decirte. calle, pero estaba excitado. Muy excitado, pero no quería que tú lo supieras.

  • ¿Te gusta?

  • Sí, mi amor.

  • ¿Das tu visto bueno?

-  Claro.

  • De todas formas sabes que no necesito tu permiso para hacerte cornudo, ¿verdad?

  • Lo sé, amor mío.

  • Te lo dejé muy claro en nuestra noche de bodas.

  • Lo sé.

  • Fuiste cornudo la primera noche de nuestro matrimonio y lo sigues siendo. Te soy fiel y cumplo lo que te prometí.

  • Lo sé, amor mí...

La chica sumisa y el cornudo

Ella era licenciada en psicológica y cuando la conocí preparaba el doctorado. Me la había presentado una amiga común porque decía que me veía muy solo, que no daba con la mujer de mis sueños y a ella le pasaba lo mismo porque tampoco encontraba a ese hombre que la hiciera feliz. Podríamos comprender

Marta era morena, de pelo largo y lucía un tipo de avispa, con cintura estrecha un buen culo y unas buenas tetas, aunque no exageradas. La verdad es que cuando la saludé con dos besos en las mejillas no me imaginaba por qué  ella no encontraba a un hombre. Sería muy exigente, me pensé, de esas chicas que buscan al tío perfecto y hasta que no dan con él no paran.

O incluso una de esas chicas que si no conocen a su hombre soñado, se quedan solteras. Prefieren la soledad a estar mal acompañadas. Hay muje...

Dije sí, soy cornudo

Se la chupas a él, pero me miras a mí. Sabes que me das celos, que sufro, pero también que tengo la polla dura. O la pilila, como tú la llamas porque sólo se pone dura cuando te veo así, entregada a otro macho, saboreando su polla y follándotelo luego como sólo tú sabes hacer porque eres muy buena e

Luego supe, tú me lo contaste, que te habías follado a toda mi promoción de la universidad. Que te iba eso de ser algo puta y zorra, con el debido respeto. Me lo confesaste y fuiste muy sincera. Me lo dijiste justo antes de llegar al altar, en el pasillo que nos conducía al matrimonio, mientras pasábamos por en medio de todos mis compañeros de promoción a los que habías invitado a la boda.

Fue entonces cuando supe que todos los que estaban sentados mientras nosotros pasábamos entre ellos,  habían foll...

Masoca, cornudo y putita

Os había visto bailar acaramelados, deciros cosas al oído, reíros mientras os movíais por la salde estar de nuestra casa, pero cuando tú te sentaste en el sofá y le cogiste los pantalones para abrirle el cinturón y bajarle la cremallera, supe que no había vuelta a tras.

Que iba a ser por fin cornudo. Y digo por fin porque había sido yo el que te lo había casi suplicado mientras tú te negabas en redondo. Hasta que insistí e insistí tanto que, al final accediste, con condiciones, claro. Y una de ellas era que serías tú la que eligieras al chico con el que ibas a follar, con el que ibas a hacerme cornudo.

Y elegiste a uno del trabajo. Uno muy guapo, mucho más joven que yo y que está muy bueno, según me dijiste. Y debe estarlo porque tras bajarle los pantalones les ha sa...

Sé que sabes que soy un cornudo sumiso

Sé que tú lo sabes. Sé que sabes que spy un cornudo y que lo acepto; que no me importa e incluso que me excito. Sé que sabes que soy también sumiso porque no te digo nada. Para qué.

Sé que te ves con él, que te folla, que te corres con él como una cerda, como una guarra y como una zorra. Sé que haces con él lo que a él le viene en gana, que se la chupas en lugares públicos, que te folla en la oficina y en los aseos de los restaurantes. Sé que tus amigas saben que sales con él,  que follas con él. Sé que te usa como quiere y cuando quiere.

Sé que incluso te ha prestado a algún amigo y que tú has follado con ellos para complacerlo a él. Sé que se te moja el coño nada más verlo, cua...

Sumiso, cornudo y feliz

Eras muy exigente, me dijiste. ¿Exigente? Sí, caprichosa y dominante. Y además muy ninfómana y probablemente te pondré los cuernos. Ningún chico me aguanta. Yo sí te aguantaría, te confesé casi suplicando. Y tú me diste la oportunidad de demostrártelo.

Te había visto muchas veces por la calle, siempre acompañada de un chico. Salías con alguno, pero pasaos unos días te veía con otro. Eras muy joven, rubia, con el pelo rizado y tenías unos muslazos y un culo que eran toda una tentación. Pero eras muy joven.  Mucho más que yo y pese a que me sentía muy atraído hacia ti,  jamás había pensado mirarte de forma descarada porque sabía la diferencia de edad y que para ti era trasparente. Ni me veías. Eso supuse.

Vivíamos en la misma acera, dos o tres portale...

¿Aceptas ser un cornudo sumiso de por vida?

Me habías preguntado varias veces cuál era mi fantasía favorita. Lo solía hacer siempre que estábamos en la cama y mientras me acariciabas la polla. Yo me mostraba remolón, te decía que no tenía ninguna especial o que todas las había llevado a la práctica contigo.

Pero no era cierto y tú lo sabías; te lo imaginabas. Intuías que había algo oculto que no quiera confesar, que me daba pudor. Así que tú insistías en que tenía que tener alguna fantasía oculta,  en lo más profundo de mi ser,  que no quería confesar. Yo te decía que no y tú  me comentabas que todos las tenemos.

  • La mía es acostarme con una mujer - me dijiste mientras me acariciabas la polla.

  • Pero eso no es una fantasía oculta –te dije-. La mayor parte de las chicas fantasean con eso. Es muy in...