Conversión
Esta es la continuación de una historia que empecé con mi sumiso. Pongan ustedes el inicio que mejor les parezca
Arrodillada ante los pies de mi Ama, y tensa por todas las miradas puestas sobre mi, las rodillas no paraban de temblar, y los ojos no podían sino fijarse en los mismos pies que en otras ocasiones pisaban todo mi cuerpo.
Fue entonces cuando escuché la voz de mi Ama, “Zorra, ponte de pie y enseña tu clítoris”. Sabiendo que las ordenes de mi Ama deben ser cumplidas con brevedad, me puse de pie y levanté la falda y la cofia que ocultaban mi pequeño clítoris, revelandolo encerrado en su cb rosa, apropiado...