Sometida en el autobús

Aconsejable leer las partes anteriores para entender el relato. Dominación, exhibicionismo.

Salí de la tienda con las piernas temblando, la experiencia había sido consternadora.

Esperé en la parada sin poder evitar que los ojos se posaran en mí.

Los pezones me dolían, mi amo no me había pedido que me quitara los aros constrictores, así que el roce con la blusa era una auténtica tortura.

-Puta –me habló mi amo por el receptor-. Sube al bus, pero fíjate que haya sitio donde te indiqué. Pen sé en la cámara que llevaba en el collar, no podía engañar a mi amo, aunque tampoco lo preten...

Follada en el probador

Si te gustó follada en el metro y follada por la web cam, no te pierdas la tercera parte. Dominación, exhibicionismo, lésbico,...

Cuando el timbre de casa sonó y abrí la puerta, me quedé extrañada de ver un repartidor en ella.

Me extendió un paquete y solo dijo:

-Es de su amo. -Me quedé en shock. Mi marido estaba en casa así que asentí y cerré la puerta precipitadamente. Excitada y temerosa al mismo tiempo.

-¿Quién era cariño?

-Nadie -respondí con la voz temblorosa-. Un vestido que pedí por internet.

Me adentré en mi habitación deseosa de ver el contenido del paquete.

Cuando lo abrí descubrí un mont...

Dominada por la web cam

Segunda parte de follada en el metro... Se recomienda leer la primera parte antes de iniciar el relato. Dominación, exhibicionismo, morbo y mucho sexo.

Segunda parte de follada en el metro... Se recomienda leer la primera parte antes de iniciar el relato.

Cuando terminé de correrme mi nuevo y primer amo me pidió que no me girara.

Me recolocó el tanga humedecióendolo con mis jugos, sintiéndome empapada contra él.

-Sabes deliciosa, ahora mismo te estoy probando, ¿te gusta eso? -asentí. El metro se detuvo y el hombre a quien le hice la paja se despidió con una sonrisa y un hasta pronto-. Hoy has hecho a ese tío muy feliz, ninguna mujer como...

Follada en el metro.

Siempre he deseado ser tocada en público, dominada, incluso follada por uno o más hombres. Hoy voy a intentarlo en el metro.

Camino algo nerviosa por la acera, a estas hora el tráfico suele ser denso. Es hora punta y muchos hombres va a trabajar a la oficina.

Escucho el repiqueteo de mis tacones al descender por la escalera, es verano hace calor y siento el sudor pegando el fresco vestido a mi espalda.

Tengo treinta y cinco años, rubia, ojos oscuros. Si empre me ha gustado cuidarme y eso se refleja en mi físico. Nunca he pasado desapercibida, tal vez por mi noventa y cinco de pecho, mi cuerpo proporcionado y que siemp...