Black Club XI ( perra de Rebajas)

Las siguientes entregas del relato, para dar una dinámica diferente, están contadas por otro personaje que entra en acción ahora. Otro punto de vista.

Estoy dentro del maletero de un coche, desnuda salvo por un collar de perra que me identifica como lo que soy desde hace un tiempo. Tengo 24 años y soy esclava desde hace tres, cuando mi Amo me captó. No sé cómo lo hizo para descubrir una potencial esclava en mi, debe de ser un don que él tiene.

Yo era una joven estudiante de magisterio, sin nada que ver con el mundo bdsm. Lo conocí en una fiesta. Me doblaba la edad. No sé cómo lo hizo pero en menos de una semana me tenía esclavizada. Me fui a vivir c...

Black Club X ( El cerdo usado por los negros)

En el último relato, el esclavo es cedido a los obreros negros para que lo usen, como se verá a continuación...

En el sótano, aquellos musculosos obreros negros, sudaba a chorros realizando su trabajo. Yo, como su puto cedido por mi Amo a ellos, circulaba por entre uno y otro, desnudo y con mi jaulita de castidad puesta. Les servía cervezas y aperitivos.

En un momento dado, uno de ellos, un animal de dos metros, me obligó a arrodillarse delante de él. Se bajó el pantalón y me puso delante de la boca un impresionante balano negro. Era algo descomunal, larga y gorda, con las venas muy marcadas.

  • Vamos a pr...

Black Club IX ( La admisión)

Donde el Amo Marcus decide si admite a perra y cornudo como esclavos en propiedad.

Amanece un nuevo día en mi casa. Casa que ahora es para uso exclusivo de mi Amo y de los esclavos que estamos a su servicio. La escena es de película. Nuestro Amo, nuestro Dios de ébano, descansa en la cama completamente desnudo. Alrededor de la cama, tres esclavos, dos machos y una hembra, dormimos en el suelo, como corresponde a nuestra condición de perros, también desnudos, como andamos siempre por la casa. Los esclavos no tienen derecho a usar ropa. A una hora exacta, ordenada por nuestro Señor, los esc...

Black Club VIII (Aumenta el rebaño).

El Amo Marcus, reorganiza la vida de su rebaño de esclavos.

Eran las 8 de la mañana cuando salí silenciosamente del cuarto para no despertar a mí Amo. Me fui al baño y me duché y lave para estar listo para mí Señor. Recordando el episodio de la noche anterior,  y siguiendo las órdenes de mí Dueño, me hice una limpieza integral del culo por dentro. Lo hice desenroscando la alcachofa de la bañera he introduciendo me la goma por el culo. Luego me coloque a cuatro patas y deje salir el agua para que fuese llenando mis intestinos. Cuando mi tripa ya estaba muy hinchada y...

Black Club VII

Este relato, con vuestro permiso, se lo dedico a Xabier.

Cuando llegamos a casa, mi Amo Marcus me ordeno desnudarme. Obedeci al instante.

  • Ponte en el centro del salón, puto esclavo. De pie y con las manos en la cabeza. Tienes un castigo pendiente. Te vas a arrepentir por ser un perro inútil.

Me coloqué en posición para recibir mi castigo. El Amo iba a utilizar su propio cinturón. Lo enrollo en la mano y comenzó a golpearme con el. Lo hacía con mucha fuerza. El primer azote a la altura de las nalgas me dejó sin respiración. Golpeaba sistemáticamente,...

Black Club VI (Nuevas experiencias).

Empieza mi vida en esclavitud con un día frenético y cargado de sensaciones.

Como me había sido ordenado, dediqué el resto de la mañana a intentar cocinar para mi Señor la más sabrosa comida que pudiera ofrecerle. No soy un excelente cocinero pero me arreglaba bastante bien. En verdad, había una señora que venía un par de veces por semana. Limpiaba la casa y cocinaba para varios días. Así es que hice lo que pude, esmeran dome al máximo para intentar tener contento a mi Amo. Calculé la hora en que podría volver y cuando ya lo tenía todo preparado, sonó el móvil. Era él.

  • Escuc...

Black Club V ( El AMO toma posesión)

En ésta entrega del relato, quedan determinadas las pautas de la nueva relación Amo-esclavo que regirán mi nueva y deseada vida al servicio de mi DUEÑO.

Aquel adorado macho negro estaba repantigado en mi sofá. Completamente desnudo, abierto de piernas y mostrando toda su inmensa virilidad de macho Alfa. Cuerpo perfecto, de gimnasio. No en vano, según había oído en el Club, era actor de películas porno. Puro ébano, puro músculo, un Dios africano en toda su plenitud, en toda su efervescencia.                                Y justo frente al Dios, postrado en el suelo a sus plantas, por supuesto también completamente desnudo, humillado, servil, sometido a su d...

Black Club IV ( Nueva vida)

En la que cuento como comienza mi nueva vida de esclavitud y sumisión hacia mi Dueño y Señor, mi Amo negro, que hará de mi el más sumiso y entregado de los esclavos.

Pasé la noche absolutamente excitado por mi nueva situación y por lo que ocurriría en adelante. Segunda noche sin dormir. Entre los nervios, la excitacion y la falta de sueño ocurrió lo que tenía que ocurrir. Me quedé dormido poco antes de amanecer. Ni el frío suelo, ni la desnudez ni el olor a suciedad que desprendía mi cuerpo pudieron evitarlo.

Cuando estaba en lo mejorcito del reparador sueño, fui despertado bruscamente por un potente chorro de agua fría. El agua me golpeaba directamente en la cara...

Black Club III

Pasé toda la noche sin poder do-minar los nervios. No sabía a qué hora se presentaría porque no me lo dijo. Estaba en su derecho.

Estaba en su completo derecho, porque es un macho dominante, un Amo, y yo no soy nada, un aspirante a esclavo, un perro perdido sin Dueño a quien servir.

Estuve en el sitio que me había indicado desde la pri-mera hora de la mañana. Habría estado allí días y dias

esperándole, por no perder mi oportunidad.

Llegó hacia media tarde. Lo vi venir a lo lejos. Dios que porte, que autoridad. Cuando llegó a mi altura, no pude más que bajar la mirada al suelo, en señal de respeto. Dio una vuelta a mi...

Black Club II

Donde cuento como entro en contacto con el macho al que aspiro a servir como esclavo, entregándome a él.

En el anterior relato, estámos en el Black Club. Estoy desnudo y postrado de rodillas, lamiendo con delirio los pies del macho negro que hoy, para fortuna mía ha decidido usarme como su esclavo personal. Como es mi obligación, me esmero en relamer y repasar cada milímetro de piel de los divinos pies de mi Señor esta noche. Ensalivo bien las plantas, dedicando un largo rato a chupar y reblandecer los talones muy rugosos del pie del Amo. Me aventuro hasta lamer y besar los tobillos, aunque no sigo más arriba...