Bajo la mesa de la computadora
Después de tanto tiempo, su sensualidad no pudo contenerse...
Estábamos como muchas otras veces a punto de empezar a trabajar, era jueves por la tarde, empezaba a anochecer. Ella llevaba una falda azul un poco arriba de las rodillas, amplia y con un poco de vuelo. Era uno de esos días en que transpiraba sensualidad por cada uno de sus poros. Pero como antes, el hecho de ser media hermana de mi esposa me detenía.
Sin embargo allí la ocasión se dio, sin buscarla. Teníamos las computadoras en la mesa, acababa de limpiar todo y estaban desconectadas, ella tomo...