Compañeros de piso 3

No hace falta leer los anteriores relatos para poder disfrutar de este! Relato de dominación entre Ángela y su compañero de piso.

Salí de la ducha con la toalla alrededor de mi cuerpo. Al llegar a mi habitación me deshice de la toalla para poder vestirme. Hacía bastante frio así que me puse unos pantalones vaqueros y un jersey de lana bastante grande. Salí de mi cuarto para ir a la cocina a preparar algo de comer.

Ese finde semana Will y Cayl se iban a ver a sus familias y estábamos Max y yo solos en el piso. Eso me excitaba a la vez que me preocupaba. No había vuelto a hablar con él desde que me folló en mi cama.

Preparé...

Compañeros de piso 2

Segunda parte de Compañeros de piso. En este relato Ángela conoce más a fondo a Cayl y Will, teniendo un encuentro en la ducha con Cayl.

La cena fue tranquila y muy cordial. Will no paraba de hablarme sobre sus estudios mientras que Max y Cayl hablaban sobre un partido de tennis al que asistirían la semana que viene. Max apenas me miraba, parecía que solo me quería para follar. Eso debería molestarme, pero en el fondo la situación no paraba de excitarme.

Al terminar de cenar me ofrecí para recoger la mesa y limpiar los platos ya que Will había cocinado. Will aceptó, pero con la condición de que me ayudaría. Los dos fregamos los platos...

Compañeros de piso

Este relato trata sobre una chica que no logra encontrar piso debido a su presupuesto ajustado, pero un día le hacen una oferta que no podrá rechazar: una habitación en un piso con tres chicos, pero deberá ser la esclava sexual de los tres, y adaptarse a los gustos de cada uno de ellos.

Me levanté temprano para acabar de recoger mis cosas, debía dejar mi piso esa misma noche y aún estaba nerviosa por la conversación con mis nuevos caseros. Hace un par de días, cuando me dijeron que debía irme del piso en el que estaba, me dispuse a buscar otro lugar dónde vivir.

Mi sueldo no daba para mucho, tengo 21 años, muy poca experiencia y solo un trabajo como camarera. El sueldo no es mucho así que me dispuse a buscar un piso que pudiera permitirme. Solo encontré uno, parecía perfecto, estaba...