Un helado y un atrevimiento

Dos jóvenes que se animan a expresarse todo lo que sienten por el otro de una de las maneras más íntimas para demostrar afecto y todo por comer... helado.

-Max, Max, espérame gran tonto.

Un joven con flequillo demasiado largo corrió hasta abrazar a su amigo, un tal Max quien sonrió al ver a ese muchacho tan alegre y vivaz. A pesar de tener ya veinte años, todavía conservaba los rasgos y actitudes de un niño. Suspirando, se inclinó levemente, sacudiéndole el negro cabello con un guiño del ojo.

-Hola enano. Te tardaste, casi me voy sin ti.

-Sabes bien que no puedes vivir sin mi compañía.

Max, como toda respuesta, rió pues sabía que t...

Nico y Martín

El deseo consume a dos jóvenes

-Martín. No… ¡espera!

Pero el no lo haría. Había esperado años. Años sufriendo en silencio, sin poder expresarse. Sin poder admitirlo. Sin poder hacer nada. Simplemente… odiándolo en silencio. Allí estaba él, sonriente, pavoneándose de lo que era. La gente lo rodeaba. Lo aceptaba. ¡A él! Con su pelo rubio y esos ojos azules se había ganado a la escuela completa. Y nunca se había escondido.

-Tú. Vas. A. Desaparecer.

Se acercó otro pasó a él. Lo estaba arrinconando y no dejaría que escapa...

A veces las más calladas son las peores

La bestia lujuriosa de una muchacha se esconde bajo un aparente manto de inocencia.

18 años. Intelectual. La preferida de los profesores y celada por sus compañeros de curso. Con un metro sesenta y cinco de estatura, su cuerpo era envidiable. Sus pechos, si bien eran pequeños, tenían una forma ideal, al igual que su parte trasera. A pesar de esto, parte de su encanto se perdía por el uniforme y su actitud de ‘sabelotoda’. Su último año estaba siendo infalible acorde a sus notas, pero había algo que faltaba: Alguien que satisficiera sus deseos y su imaginación.

Había una cosa que pred...

Las palabras pueden más

Alan sabía que no era el más atractivo, ni el más dotado, ni el más carismático tampoco… pero sabía usar las palabras.

Con un miembro pequeño, una cara no muy agraciada, y una actitud de avaro, uno pensaría que sus relaciones sexuales eran escasas, pero no, todo lo contrario. El podía convencer a la mujer más exigente, más negada, más quisquillosa, solo sentándola en un algún lugar, describiendo una situación erótica para ellas. Si… Alan sabía como lograr que una mujer se humedeciera, gimiera y jadeara de placer, solo con decir unas palabras.

Su hermano Charlie, en cambio, era un mujeriego. Se acostaba con la primera...