Un helado y un atrevimiento
Dos jóvenes que se animan a expresarse todo lo que sienten por el otro de una de las maneras más íntimas para demostrar afecto y todo por comer... helado.
-Max, Max, espérame gran tonto.
Un joven con flequillo demasiado largo corrió hasta abrazar a su amigo, un tal Max quien sonrió al ver a ese muchacho tan alegre y vivaz. A pesar de tener ya veinte años, todavía conservaba los rasgos y actitudes de un niño. Suspirando, se inclinó levemente, sacudiéndole el negro cabello con un guiño del ojo.
-Hola enano. Te tardaste, casi me voy sin ti.
-Sabes bien que no puedes vivir sin mi compañía.
Max, como toda respuesta, rió pues sabía que t...