Por un chantaje en los vestuarios del instituto

Un compañero de clase descubre que soy gay y me amenaza con contárselo a todo el mundo si no hago todo lo que dice.

Eran las 10 de la mañana y estábamos en clase de deporte. El imbécil del profesor nos tenía dando vueltas alrededor del gimnasio durante 45 minutos, ya no podía ni con mi alma.

Había estado toda la clase lanzándome miradas con Joel, uno de los malotes de la clase que, pese a tener una pinta de chulo que no podía con ella, tenía buena fama entre los profesores, pero eso solo era porque tenía una cara bonita, venía de una familia pija y sabía hacerse el educado, no conocían al verdadero Joel.

Al v...

Cómo ganarse a tu hermanastro 3

Pasando de hermanastro a puta sumisa, Y me encanta ser la puta de mi hermanastro y cumplir todas sus órdenes.

Aquella noche dormí como nunca. Me había follado mi hermanastro en el sofá de nuestro salón, como si fuera una puta cualquiera y no pudiera negarme a obedecer sus órdenes. Tengo que reconocer que me gustaba, ese día descubrí una faceta sumisa que no sabía que tenía, que me gustaba que un hombre como André me usara como le diera la gana y me dejara como me dejó, de rodillas en el suelo con su lefa en la boca y sin haberme corrido.

Los días después yo me insinuaba para ver si se repetía la situación, me...

Cómo ganarse a tu hermanastro 2

André y yo no nos hablamos después de que me pillara con sus calzoncillos. Pero ya sabéis el dicho: cuando el hambre aprieta...

Desde mi descuido en el baño había decidido evitar a André y, en caso de que me recriminara algo, tenía pensado hacer como si no hubiera pasado nada. Pero claro está, esa situación no iba a durar para siempre, vivíamos juntos y era inevitable cruzarme con él.

Las pocas veces que coincidíamos él intentaba no mirarme y yo estaba de acuerdo, tiene que chocarte un poco que tu nuevo hermano se ponga cachondo al oler tu ropa sucia, que también debo decir que dejé de hacer. Intentaba quitarme esa costumbre,...

Cómo ganarse a tu hermanastro

Cuando tu hermanastro está tan bueno solo se te van los ojos... y en mi caso, las manos.

Eran las cuatro de la tarde y estaba tirado en un banco cualquiera del parque de mi barrio. Había quedado con un chico y me había dado plantón, y lo peor era que ni siquiera daba señales de vida.

Lo conocí en la universidad, hace una semana o dos, gracias a una amiga que me lo presentó, y desde ese día habíamos empezado a hablar, prácticamente todas las noches hasta ayer.

Decía que le gustaban mis pecas, nada que no me hayan dicho ya, pero él lo decía como si de verdad lo sintiera. Decía que le...