El suprahombre
Fuera de una moral artificial.
Los susurros de la noche se hicieron mortales cuando las enormes manos de mi dueño y señor me atrajeron hacía su cuerpo, la pintura desaparecía de mis labios, mis oídos se llenaban de ideas extrañas e inconexas mientras era incapaz de ver el rostro de mayor temor. El suprahombre iba a llevar a cabo su voluntad de poder conmigo y resistirse era inútil. Sus manos me convertían en una nueva mujer, mis quejidos se ocultaban tras una avalancha de saliva que luchaba inexorablemente por huir de mi calenturie...