E una oeqieña playa brasileña
La tormenta nos obligó a pasar la noche en una cabaña
Cuando veraneábamos en el noreste del Brasil, el año pasado, pensamos en descansar, una playa tranquila, sin mucha gente, aguas cálidas y un lindo hotel. Esas eran las premisas y casi lo logramos.
El hotel resulto bastante bueno, pero las playas eran muy pedregosas, e ir a una playa mejor era menester para que mi matrimonio no desbarrancara definitivamente.
Después de una investigación entre el conserje del hotel, un camarero y un lugareño, pudimos contratar una excursión a otra playa a unos 40k...