A algunas si nos gustan los guarros.
Una mujer joven de labios palpitantes y rosados es constantemente atraída por hombres que la desvisten con la mirada, cuando se encuentra con un hombre guarro y mañoso, ella se la voltea.
Caminaba por Av. Jalisco aproximadamente a las 6 de la tarde, el pantalón negro tipo leggins me permite caminar con comodidad, además de que la tela se siente fresca entre mis muslos, una blusa delgada (casi transparente) me permite pasar entre los locales con ligereza, puedo sentir las miradas sobre mis senos y aunque algunas me parecen incomodas, estoy acostumbrada e intento pasarlas desapercibidas.
Casi al cruzar en Arq. Carlos Lazo una mirada penetrante atrae la mía; con absoluto descaro, un hombr...