Ella

La lujuria de una relación en la que el morbo está en ser en un lugar público.

Había quedado con ella en la terraza de aquel bar céntrico a las siete de la tarde y, cuando eran las siete y cuarto, apareció aquel lujo de la vista, una mujer de curvas voluptuosas cubiertas por un vestido de una sola pieza, con escote generoso y los admirables muslos a la vista de cualquiera, la democracia del deseo, todos podíamos disfrutar viéndola.

Llegó a mi mesa, se quitó las gafas de sol, me dio un par de besos y se sentó en la misma mesa justo en frente de mí. Yo estaba bebiendo un Mar...