Mi hija Sofía. 1

Era un domingo por la mañana y mi esposa y yo estábamos especiamente traviesos y juguetones. Nos acariciábamos desnudos bajo las sábanas, cuando nuestra hija Sofía entró en la habitación para acostarse con nosotros, como hacía muchos domingos.

Era un domingo por la mañana y mi esposa y yo estábamos especiamente traviesos y juguetones.

Nos acariciábamos desnudos bajo las sábanas, cuando nuestra hija Sofía entró en la habitación para acostarse con nosotros, como hacía muchos domingos.

Se echó en la cama al lado de su madre y también se echó la sábana encima de su cuerpo.

Mi esposa siguió acariciándome el miembro bajo las sábanas y yo la miré sonriente diciéndome con la mirada que ya no estábamos solos, que estaba nuestra hija tamb...

Mi hija Sofía. 2

Mi esposa me miró y sonrió indicándome con su sonrisa que estaba feliz por la forma en que habían sucedido las cosas. Me ha gustado ver tu cara de deseo y la delicadeza con que se la metías para darle placer sin lastimarla, aguantándote las ganas de penetrarla. Eso sólo lo hace alguien que la quiere de verdad – dijo mi esposa.

Mi esposa me miró y sonrió indicándome con su sonrisa que estaba feliz por la forma en que habían sucedido las cosas.

Me ha gustado ver tu cara de deseo y la delicadeza con que se la metías para darle placer sin lastimarla, aguantándote las ganas de penetrarla. Eso sólo lo hace alguien que la quiere de verdad – dijo mi esposa.

Sofía seguía echada en la cama entre nosotros dos y en su cara se veía que estaba contenta, seguramente se sentía toda una mujer al haber hecho “cosas de mayores” y haber...

Mi ahijada Andrea. 5

Acerqué mi boca a la suya y la besé dulcemente y ella, sin dejar de mirarme, me devolvió la caricia entreabriendo los labios y permitiendo que mi lengua se adentrara en su boca, encontrándola cálida y acogedora.

Encendí un cigarrillo esperando a que Andrea se duchara para hacer yo lo mismo. Apenas lo había terminado cuando se abrió la puerta del baño y ella apareció completamente desnuda. Estaba preciosa. Sus pechos perfectos desafiando a la gravedad, su monte de venus cubierto de rizada y suave pelusilla y su bonita sonrisa, invitaban a lanzarse sobre ella y devorarla a besos y caricias.

Me acerqué y la abracé pegándome a ella, sintiendo en mi glande, ya en reposo, el suave roce de sus pelillos. Puse mis man...

Mi ahijada Andrea. 4

Estábamos desnudos en el sofá, echada sobre mí, su mejilla sobre mi pecho y una de sus piernas entre las mías

Estábamos desnudos en el sofá, echada sobre mí, su mejilla sobre mi pecho y una de sus piernas entre las mías. Yo la abrazaba y acariciaba su espalda. No dejaba de pensar en lo que acababa de pasar. Andrea se había comportado extrañamente atrevida, no era propio de ella, aunque entendía que cada vez se mostrara más extrovertida y activa, pero había sido un cambio demasiado brusco. Yo no quería que perdiera la candidez que tanto morbo añadía a nuestra relación.

El hecho de haberme ofrecido su coñito o...

Mi ahijada Andrea. 3

Y el siguiente día llegó. Mi pareja, como los anteriores, se fue a trabajar y yo me quedé esperando con ansiedad que Andrea despertara y saliera de su habitación.

Y el siguiente día llegó. Mi pareja, como los anteriores, se fue a trabajar y yo me quedé esperando con ansiedad que Andrea despertara y saliera de su habitación.

Pero Andrea no salía. Parecía que el tiempo no corría, que se había detenido. Por eso a las nueve y media ya no pude aguantar más y excitado y ansioso me dirigí a su habitación.

Iba completamente desnudo, a mi pareja y a mí nos gusta dormir desnudos y ya no era el caso de taparme delante de Andrea, abrí la puerta con cuidado y la encon...

Mi ahijada Andrea. 2

Las adolescentes pueden ser mucho más morbosas y atrevidas que las mujeres adultas.

Andrea no contestó, pero los dos nos levantamos del sofá, ella recogió sus braguitas y juntos nos dirigimos a la alcoba que compartíamos su madre y yo, aunque antes pasó a su habitación de la que salió con un rotulador en la mano.

Mientras íbamos por el pasillo no pude evitar poner mi mano en sus glúteos y palparlos sintiendo como se endurecían al andar constatando lo firmes que eran.

Llegamos a la habitación y Andrea se quedó de pie sin saber muy bien lo que hacer. Le dije que se sentara y desp...

Mi ahijada Andrea. 1

El concepto que yo tenía de Andrea de niña virtuosa e inocente cambió durante estas vacaciones.

Me llamo Juan, tengo 39 años y voy a contar lo que me pasó el verano pasado.

Soy divorciado desde hace 9 años y tengo una nueva pareja desde hace 8. Ella, que también es divorciada, es unos años más joven que yo y tiene una hija adolescente de su anterior matrimonio.

La relación con mi pareja es inmejorable en todos los sentidos, destacando la compenetración que tenemos en el sexo. Los dos somos de mentalidad liberal y nos gusta experimentar con nuestros cuerpos todo lo que se nos ocurre, si los...