Los riesgos insospechados de la ambición (20)
Marta se ve obligada a someterse también a su cliente, pero con sorpresa añadida e inesperada
Carlos
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Y a cuatro patas, al lado de la mesa de reuniones, y también de la mesa de Roberto, esperó instrucciones. Y llegaron.
- Vaya, Marta, de verdad que no me esperaba que te masturbases en pelotas delante de mí, cada vez que vea ese vídeo me pondré a cien, vaya calentura que tenías. Pero bueno, ya nos queda poco, por desgracia, tenemos que preparar la reunión. Verás, te adelanto que no quiero que te limpies, quiero que te vistas en cuanto demos el paseíto.
Le pareció incre...