Paseando al perro....
Nos masturbábamos mutuamente, sentí la necesidad de probar su humedad, así que saque mis dedos de su coño y me los llevé a la boca, que maravilloso sabor, que maravilloso olor.
Hacía meses ya que me había separado, me mudé a un barrio nuevo, mi vida en fin, había cambiado. Mi vida sexual también, desde hacía meses era inexistente.
Todas las mañanas y todas las noches saco a mi perro a pasear, desde que me mudé a esta urbanización me había fijado en una chica morena, que también solía sacar a pasear a su perro en los mismos horarios.
Llevaba ya algún tiempo sin coincidir con ella, aunque cuando coincidíamos no llegábamos mas allá de un frío saludo, así que solo ech...