La diosa sometida (2)
El roce de aquella boca le estaba produciendo espasmos en su vientre unos espasmos maravillosos que nunca había sentido, espeso a dejarse llevar por aquellas caricias que le estaban dando placer a su pesar.
Llego el tan esperado día, Juan se levanto temprano, desayuno, recogió la casa dejándolo todo limpio como una patena, luego se fue a hacer la compra semanal. Eva se levanto sobre las 11, estaba muy nerviosa pensando en que que pretendía Juan.
Justo a la hora que la había citado Eva abrió la puerta de su casa, la cerro tras ella y camino unos metros que le separaban pues eran vecinos de la misma planta, se le hizo larguísimo mirando para todos los lados con temor de que alguien la viera ¿que escusa pod...