Las historias de Anaís y Bea (6: Excursión)

Nos vamos de excursión con nuestros novios, nos sinceramos y tenemos un encuentro con unos cazadores en el que la cosa se pone ¿desagradable?

El torrente de pasión incestuosa me dejó desolada de cara a los exámenes, lo cual se tradujo en unos resultados calamitosos. Yo no sabía qué iba a ser de mí, a cada rato enfrascada en ensoñaciones eróticas que, y ahí radicaba el problema, encima llevaba a la práctica. Ya daba igual que fuera mi padre, que fuera un desconocido o que fuera el novio de mi mejor amiga.

Con mi novio, de todas maneras, las cosas iban bastante bien. Solo gracias a él pude superar toda esa depravación. La pena es que esa...

Las historias de Anaís y Bea (5: En mi casa II)

Después de que mi madre entrara en nuestros juegos, la situación se me va de las manos con mi padre. Así continúan mis historias y las de mi amiga Bea...

Me levanté al día siguiente todavía presa de la calentura de haber visto a mis padres en plena faena, además de la manera prohibida. Deseando desfogarme, como poseída. No sabía si presa de lo que había vivido los último días, con mi novio, con Marcos, con el guardia de la biblioteca. O en realidad por el traumático día anterior, que había despertado en mí algo oculto, un deseo por mi padre que quizá estaba escondido o que tal vez solo lo habían provocado esas lujuriosas situaciones.

Me despereza...

Las historias de Anaís y Bea (4: En mi casa)

Cómo mi madre y mi padre entrar a formar parte de nuestros juegos sexuales con singular protagonismo. Así continúan mis historias y las de mi amiga Bea...

He dudado mucho antes de decidirme a contar la siguiente parte de mis historias y de mi amiga Bea. Aunque ya he relatado cosas bastante censurables, como haber seducido a un guardia de una biblioteca hasta casi obligarle a que me violara y, también, el haber jugueteado con el novio de mi mejor amiga hasta conseguir que me saciara de placer (siempre pareciendo yo la víctima, claro), el próximo capítulo va más allá de todo eso.

La situación se me fue de las manos. En realidad ya se me había ido cu...

Las historias de Anaís y Bea (3: Los ascensores)

Los ascensores, esos pequeños lugares donde dar rienda suelta a goces inimaginables. Así continúan mis historias y las de mi amiga Bea...

Lo de la biblioteca fue algo espectacular. La deseada, la buscada violación, supuso para mí un gusto, un goce que no había experimentado hasta ahora. Me sirvió para perdonar a Bea que sedujese a mi novio como lo había hecho, aunque bien es cierto que todo entraba en el juego que nos traíamos.

Tras tres semanas con nuestros chicos, era curioso que todavía no nos los hubiéramos follado. Lo entendían como una manera de dejar evolucionar la relación. Al menos Bea y Marcos, porque si ella había recibi...

Las historias de Anaís y Bea (2: La biblioteca)

Una biblioteca no es solo lugar de estudio e investigación. También puede ser un sitio donde descubrir placeres insólitos. Así continúan mis historias y las de mi amiga Bea...

Voy a continuar mis historias y las de mi amiga Bea. Después de los comienzos de mi noviazgo con Andrés y de su relación con Marcos, las cosas dieron un giro inesperado. Sobre todo porque mi amiga se obsesionó con mi novio y porque yo me ví en vuelta en un delicioso torbellino.

Bea se encontró con Andrés en la biblioteca la semana siguiente. Un día en el que yo estaba en clase. Lo estuvo maquinando varios días, obsesionada por lo que yo la había contado, de cómo se corrió sobre mis pies, después...

Las historias de Anaís y Bea

Mis historias y las de mi amiga Bea. También las de nuestros novios, Andrés y Marcos. Las de mis padres...

La historia que voy a contarles no una confesión. Se trata simplemente de mostrar cómo todos somos vulnerables al deseo y vivimos muchas veces para nada más que gozar

Me llamo Anaís y las cosas que voy a contar sucedieron cuando tenía veinte años. Mi historia y la de Beatriz, mi mejor amiga. También la de nuestros novios, Andrés y Marcos.

No me considero una chica especialmente guapa. Sí, les gusto a los chicos, sobre todo porque tengo un cuerpo muy bien formado. Soy muy delgada y siempre...

El piso de Erasmus

Sexo descontrolado en un piso de estudiantes Erasmus. Mi amiga Azucena me cuenta sus apasionadas aventuras estudiando en francia y cómo se dio cuenta de que el deseo se sentirse colmada era más fuerte que ella.

(Este relato, de lectura totalmente independiente, sería de algún modo una continuación de la historia comenzada en "Obsesión por una amiga". Por eso no repito la descripción de Azucena).

Pasaron unas semanas sin que ocurriera nada, sin ver a Azucena, sin interesarme por ella, incluso sin tener accesos de calentura con su recuerdo. Me sentía como un cornudo a pesar de que era a otro a quien ponían los cuernos. Pero ver a Azu penetrada doblemente por dos de mis mejores amigos y unirme luego a la...

Obsesión por una amiga

Empecé a verla como más que una amiga. No sé por qué. Pero hubo un día en el que todo cambió.... Ésta es la historia de mi obsesión por Azucena y de cómo la hice mía cumpliendo todas mis fantasías.

Empecé a verla como más que una amiga. No sé por qué. Pero hubo un día de fiesta en el que todo cambió. Ella era mona, pero sin destacar, sin una cara que llamara la atención. Delgada, ni alta ni baja, cerca del uno setenta sobre todo con un culo muy bien formado, redondito, que relucía en su perfección sobre todo el conjunto, Azucena era la novia de uno de mis mejores amigos, Gonzalo, con quien llevaba saliendo desde los tiempos de instituto. Como me considero muy buena persona, un por lo menos buena...