El apartamento en la costa
Un sitio decadente y un día de frio a veces ayudan a olvidar. Y descubren experiencias nuevas
Lamía su clítoris sin control, con ansía, solo queriendo darle el máximo placer y con el atrevimiento que presta la ignorancia. Nunca había hecho algo así, jamás había tenido en mente mantener una relación lésbica, quizás solo en alguna fantasía reprimida en el fondo de mi subconsciente. Pero allí estaba, comiéndole el coño a Alba. Abría sus pequeños labios con una mano y daba lametazos salvajes con mi lengua. Acerque mi mano libre a uno de sus pecho, pequeños pero duros, y lo agarré con fuerza. Ella respon...