Mi tío, lo más rico del mundo

No hay como hacer cosas a escondidas para que sean excitantes, no hay como tener sexo con mi tío, lo más rico del mundo

Desde que desarrollé y empecé a sacar curvas, mi tío empezó a acosarme, muy sutilmente, a preguntarme cosas, que me ponían nerviosa y me hacía sentir cosquillas en el estómago, ya me había besado con un par de chicos, mi maestro de inglés me había arrimado su cosa en una apretazón en un bus, y se la sentí bien parada, lo que me puso a pensar mucho en el sexo, finalmente, unas amigas tenían unos videos pornos, y el morbo se me empezaba a despertar. Aunque dije que esas cosas no me gustaban.

Yo viajaba...