Con la vecina
Con tus braguitas colgando de la cuerda de tender empezó todo.
Tus braguitas colgaban húmedas de la cuerda de tender; pequeñas gotas regaban el suelo del patio en el que alguna vez de niños llegamos a juguetear en pos de evitar ser cogidos en el "pilla-pilla"... kien kería
Gota a gota imaginaba esa fina tela de color blanco puesta en ti, húmeda al igual que ahora, pero no gracias a lo pulcro de tus lavados, sino fruto de un encuentro entre tus manos y aquello que debajo de ellas se cobija...
Sólo de pensarlo algo empieza a variar de tamaño dentro de mi...