Un mal día
Marina llevaba un día de perros. Aún quedaba lo mejor por llegar.
Todo había empezado mal.
Se había dormido, había tenido que correr para llegar al trabajo, y aún así lo hizo tarde. La jornada laboral trajo consigo una concatenación de problemas que la habían obligado a salir mucho más tarde de lo habitual de la oficina, perdiendo la oportunidad de regresar en el coche compartido.
El otoño había llegado por fin, y la brisa era fría. Su vestimenta era suficiente para la media tarde, pero tenía frío. No soportaba el frío, y decidió correr hasta la parada del aut...