La perra meona (VII)

Relato sobre el primer día de convivencia de las dos perras de Ñ. Fueron meses intensos de caídas y vueltas a empezar, de vencer barreras, de sentir profundo, de descubrirnos... una etapa que sin duda nunca olvidaré. Pase el tiempo que pase, una parte de mí siempre será suya. Zorionak Ñ.

Era de madrugada y m, por orden de nuestro Amo, me había dejado fuera de la habitación. Las instrucciones eran claras y la perfecta sumisa estaba dispuesta a seguirlas al pie de la letra.

Fui al baño a buscar unas toallas y, tirándolas al suelo de la cocina, me acurruqué sobre ellas. Mi adorado Ñ se había propuesto enseñarme cuál era mi lugar y no se detendría.

Dentro de mí luchaban la devoción que sentía por él y mi orgullo. Pasaban por mi mente miles de recuerdos y experiencias que me habían lleva...

La perra meona (VI)

Ñ planea tener a sus dos perras conviviendo unos días en casa de a. Da instrucciones claras y espera que se cumplan ¿Cómo se lo tomará a?

Ñ: Buenas tardes, perra. Deja lo que estés haciendo y preséntate ante mí.

Era una tarde tonta de domingo, no tenía plan y estaba dormitando mientras veía una serie en Netflix. En cuanto sentí vibrar el móvil, me espabilé de pronto y, cuando leí el mensaje, algo se activó entre mis piernas. Me incorporé y me coloqué en posición Nadu antes de llamarle.

a: Buenas tardes, mi Amo. A tus pies.

Ñ: Muy bien, perrita, así me gusta. He hablado con m; como tú estás trabajando desde casa y...

La perra meona (V)

Porque las "sumisas de libro" y los "fueron felices para siempre" solo existen en las novelas. a recibe un merecido castigo.

Siguiendo sus órdenes, m y yo nos despedimos y cada una emprendió el camino a casa. Tal y como él había pedido, a los pocos minutos le estaba llamando por teléfono. Tenía muchas ganas de hablar con él, de confirmar que estaba contento y orgulloso de cómo me había portado con mi compañera de cuadra. Sin embargo, no contestó, hice un segundo intento y tampoco.

Miré el

skype

y vi que m y nuestro Amo estaban en línea; de nuevo los celos, los malditos celos que no debía permitirme, los celos...

La perra meona (IV)

Las perras de Ñ se conocen. Rivalidad, humillación y experiencia lésbica.

Teníamos la orden de encontrarnos en una cafetería céntrica. No nos costaría reconocernos, nos habíamos visto por cam y las dos llevaríamos una cinta negra atada al cuello.

Debíamos saludarnos con dos besos, sentarnos en una mesa, pedir algo de beber y, una vez instaladas, hacernos un selfie y enviárselo a nuestro Amo Ñ. La verdad es que el plan no me apetecía en absoluto, pero me esforcé en poner mi mejor sonrisa para él.

En menos de un minuto nos llegó su primer mensaje.

Ñ: Estupendo, me...

La perra meona (III)

Una experiencia menos agradable de a con Ñ. Se une una nueva sumisa.

Ñ: ¿Estás ahí, sumisa?

Escuché la vibración de mi móvil. Deseaba que fuera un mensaje suyo, aunque, por otro lado, me inquietaba qué podría suceder...

a: Sí, mi Amo.

Ñ: Bien, vas a conocer a alguien.

Sentí un pinchazo por dentro y todo tipo de ideas se volcaron de pronto en mi cabeza.

a: Como quiera, mi Amo. ¿A quién?

Ñ: A una sumisa, es estupenda, una sumisa de libro. Seguro que te gustará.

Algo empezaba a quemarme por dentro, algo que se clavaba entre mi pecho y l...

La perra meona (II)

Más experiencias de a con Ñ. Los días y las noches se hacen eternas sin ti.

Una mañana en casa, día laborable durante el confinamiento.

Ñ: Coloca bien la cam, quiero comprobar que ese coño y ese culo, que me pertenecen, están perfectamente depilados. No quiero ver ni un puto pelo.

Acerqué la cam y fuí pasándola por toda mi entrepierna, desde el pubis hasta el ano.

Ñ: Ábrete bien las nalgas, quiero comprobarlo más a fondo.

Era una situación vergonzosa y humillante para mí, el sabe que odio exponerme de esa forma.

Ñ: Muy bien, perrita. Sé que hoy tienes...

La perra meona

Esta es una de las muchas experiencias vividas por a. Por favor Ñ, ponte en contacto conmigo.

¡Hola! Mi nombre es a, tengo 30 años, estatura baja, sobrepeso, caderas anchas y pecho normal. Me intenté resistir, pero Ñ no necesitó ni media hora para tenerme a sus pies.

Estaba un día, en pleno confinamiento, trabajando en casa cuando sonó el móvil:

Ñ: ¿Desde cuándo las perras llevan ropa? Desnúdate inmediatamente.

Como si me estuviera viendo, reaccioné de inmediato y me deshice de mi ropa.

a: Sí, mi Amo. Ya estoy.

Ñ: Pon ahora mismo la cam, a cuatro patas, quiero ver que m...

Una nueva vida contigo (I)

Esta podría ser una historia de una chica joven que conoce a un maduro y se enamora perdidamente de él, pero de esas ya hay muchas. Él tiene todo muy claro y ella se deja llevar.

Acabamos de cenar y me levanté para ir al aseo. Él con cara seria me miró y en seguida entendí que no iría a hacer pis allí. Habíamos pasado una velada de lo más agradable en nuestro restaurante favorito. Hasta ese momento no fui consciente de todo lo que, sin darme cuenta, había bebido durante la cena. Tenía la vejiga a punto de reventar. Apreté las piernas y le supliqué con la mirada que me dejara ir a deshacerme de todo el líquido que había tomado. Imposible, cuando se pone serio no hay quien le haga cam...