Unete a nosotras amor...

Su lengua subía y bajaba, sentía como mi clítoris iba de un lado a otro sin poner la mas mínima resistencia y mi vagina no dejaba de inundarse en mas y mas flujo

La cita era perfecta y lo mejor de todo era

que Javier no sabía nada de lo que le esperaba esa noche…

Primero

que nada me encargue de que el lugar fuera idóneo, así que por ese fin

de semana le pedí prestada a mis padres la casa de Cuernavaca, procure ir como

con días antes de anticipación y me encargue de que todo se viera muy erótico,

puse en la habitación principal sabanas de satín rojo, cojines de esos que

siempre se ven en las películas eróticas y muchas rosas...