A Julia le humedece ser una marrana (iii)

El día ya se agota. Fernando y Julia se dejan diluir en la noche, tras la cual deberán tomar el tren que les conducirá a casa. La inexorable ley del deseo se impone.

Fernando dormía a su lado, roncando como él afirma que nunca hace. Sonrió y le observó apoyada sobre su codo. ¿Contradicciones? Nadie se libra de ellas, de lo que se trata es de cabalgarlas... Se enamoró de él ya en la universidad, callado, introvertido, inteligente... y guapo, pero sobre todo atractivo. Un atractivo que amigas suyas no entendían demasiado, pero Julia era la receptora de esas miradas de fuego con las que él la quemaba y no ellas... Fue ella la que tuvo que tomar la iniciativa, ya que si por...

A julia le humedece ser una marrana (ii)

La vida de Julita y Fernando. Un episodio de su discurrir por el mundo.

No era correcto, lo sabía y por ello no lo verbalizaría, pero escuchar a Julia, su compañera sentimental en la vida, como ponente en una conferencia feminista, le resultaba paradógico. Por supuesto el deseo es libre y la sexualidad, el goce y las prácticas íntimas, sólo debieran tener como límite el viejo proverbio de “sano, seguro y consensuado”, por supuesto entre personas adultas y libres.

No, no era correcto, pero no podía evitar que, según escuchaba con interés a su compañera en la mesa de ponent...

A julia le humedece ser una marrana

Julia tiene deseos oscuros que anhela cumplir. Necesita experimentarse como objeto, como perra y deleitarse con la vergüenza que le produce ser tan marrana y gozarse de esa forma

Era un arnés compuesto de un cable grueso que rodeaba su cintura, recubierto de plástico para que no dañara su piel, que hacía de cinturón y otro cable que pasaba por sus bajos, sólo que en la zona de su sexo, poseía una placa metálica y un soporte para instalar un dildo y en la parte de su ano, tenía dos opciones, poner otro dildo o ajustar una especie de conducto. El ajuste del arnés, implicaba mantener el dildo en su coño y en su trasero, otro dildo o el conducto que mantenía abierto y dilatado su agujer...

¿Quién folla a quién? (II)

Una tarde cualquiera en la que el amor y la pasión surgen. También lascivia.

Mónica percibe con el rabillo del ojo cómo el miembro de Miguel trata inútilmente de alcanzar una erección dentro de la jaula de castidad. Sonríe de manera imperceptible y acaricia el muslo de su chico con la planta del pie, acomodado al otro lado del sofá y desnudo.

-¿Qué andas barruntando?-Mónica deslizó su pie hacia la jaula para juguetear.

-¿Qué?-

-Estamos viendo El Señor de los Anillos...-movió su pie por la entrepierna de Miguel- ja, ja... ¿te pone Frodo?.

-No- Miguel tomó el p...

¿Quién folla a quién?

Una mujer con polla, un hombre con su polla restringida... gemidos y lechadas.

-Qué hermosa...- aposentado entre las rodillas de Karla deslizó las palmas de las manos por los muslos de ella hasta llegar a su pubis- que hermosa...

Karla suspiró complacida y sonrió al sentir un beso en su polla y la lengua de Miguel acariciando el envés de su erección. No era habitual que un hombre deseara darle placer con su boca.

-Uhmmm...Miguel... así...- Karla cerró los ojos y abriendo aún más las piernas se dejó felar despacito. La lengua de Miguel acompañaba el deslizar de la polla en...

Perrito obediente

Silvia y Carlos irán contándoos su vida como pareja asimétrica, en la que el Amor se vive de manera heterodoxa. Esta es una primera aproximación.

Agarró el miembro de Carlos y acarició su sexo mojado, deslizándolo por la hendidura y el clítoris. Se miraron, Silvia sonrió pícara y mordió su labio inferior, él cerró los ojos y miró hacia el infinito...

-¿Quieres meterme ésto?-

-Si...si, por favor...- con sus manos apoyadas a cada lado de Silvia, gimió suavemente mientras su glande recorría el surco mojado-oh, si...si...me gusta...

Agarrando con firmeza el miembro por su base, Silvia hizo que el duro glande entrara en su oquedad, movie...

Un fin de semana inolvidable

Cuando Amor necesariamente es sexo y libertad entre dos personas que se encuentran y anhelan gozarse mutuamente.

Me incorporé de la cama y tomando de la mesilla el paquete de tabaco, me encaminé hacia la terraza.

-¿Adónde vas?- me preguntó desde la cama Elisa.

-Voy a echar un cigarro...-

-Espera... ven aquí, dame un beso-

Me eché sobre la cama para aproximarme a ella a gatas... entre penumbras supe y certifiqué el atractivo de su rostro. Nos besamos y ella me tomó por el miembro, saciado y aún en fase de recuperación.

-Lo quiero en condiciones en seguida...-me susurró aprovechando para pr...

Fantasía femenina

Fantasía de una mujer tras los párpados cerrados

Mireia buscó en una de las más famosas webs de porno, la categoría de porno gay. Le excitaba sobremanera ver a dos tíos manteniendo relaciones. Deslizó su mano bajo las bragas y comenzó a acariciarse. El video reflejaba a dos hombres besándose, tocándose, disfrutándose… Cerró los ojos, sus dedos comenzaron a percibir la humedad de su sexo, gimió levemente… Pensó en Ander, su pareja… lo imaginó a gatas sobre la cama, con su trasero en pompa y un hombre indeterminado, sin rostro, con un cuerpo difuso, pero co...

Cotidiano

Amor en el siglo XXI

Joder… no podía evitarlo. Ella vestía sólo esas bragas de un azul descolorido por el tiempo y se marcaba su sexo. Más que en sus pechos, cuando formó una coleta con su melena negra, mis ojos se vieron atrapados por sus “descuidadas” axilas, en las que despuntaban de manera irregular milímetros de vello…

-Eres un cerdo…- rió Mireia al percibir el objeto de mi mirada- anda, échate en la cama, marrano…

-¿Me vas a follar?- me tumbé de costado apoyado sobre mi codo, mirándola con avidez.

-No sé...

Macho para la monta

Una noche cualquiera para dos amantes... él se entrega, ella amorosamente lo recibe.

Observé que no llevaba bragas... y su sonrisa. Entre su sexo y la mirada, que transmitía una mezcla de lascivia, picardía y cierto ademán burlón, sus pequeños pechos aparecían tras una camisola de licra en la que se perfilaban los pezones.

Se acomodó el cabello y poniendo una mano en mi hombro, me hizo saber que deseaba tenerme a sus pies... nos miramos de nuevo, pero mis ojos ansiosos buscaron el surco de su sexo más que otra cosa. Un ligero asentimiento en su rostro extraño, pues le costaba entender...