Voy a follar con él te guste o no
El dolor de los pobres ante el derecho de pernada de que imponen los ricos
Voy a follar con él te guste o no
Había solicitado otro whisky y ya le sobraba media botella. Después de dos veces sin conseguirlo, a pesar de la buena voluntad de las dos rubias de ojos azules, jóvenes veinteañeras traídas del submundo para que trabajasen de putas mal pagadas, decidió que no lo intentaría más. ¿Para qué?, cada vez que la muchacha se desnudaba y se le abría de piernas se acordaba de su esposa. El "¿no te gusta, así, afeitado?"-tan mal pronunciado, que resultaba inteligible-, tod...