¡Y todo por unas fotos de mamá en la playa!

Mamá me pidió unas fotos jugosillas para “motivar” a papá. Mi novio las encontró y eso dio pie a que nuestra familia enterrase los prejuicios y tabús más arraigados y la lujuria y desenfreno presidiesen nuestro hogar.

Este año, entre que a mí me habían quedado unos créditos para septiembre, el COVID de la porra y que papá estaba hasta las cejas de trabajo, decidimos no hacer ningún viaje e irnos al chalé que teníamos en la costa de Huelva a pasar las vacaciones de verano. Al final también se apuntó una semanita Carlos, mi novio.

No creo que ninguno de nosotros pueda explicar racionalmente como sucedió, pero en esos días de playa y relax, pasaron cosas que cambiaron a mi familia para siempre. Ya nada fue lo mismo. C...