Cerdocuencias, sutilezas y otras cosas (I)

¿Cuántas veces hemos escuchado que esperar merece la pena? ¿Cuántas veces hemos pensado que esperar es, a fin de cuentas, acabar desesperado? No os voy a engañar, porque esta historia tiene de todo eso, pero también deseo y anhelo. Tiene cerdocuencia, sutileza y, también, muchas más cosas.

¿Cuántas veces hemos escuchado que esperar merece la pena? ¿Cuántas veces hemos pensado que esperar es, a fin de cuentas, acabar desesperado? No os voy a engañar, porque esta historia tiene de todo eso, pero también deseo y anhelo. Tiene cerdocuencia, sutileza y, también, muchas más cosas.

Es la historia de una espera que ha rozado los tres años, mil días de querer y no poder. Pero también de poder y no cómo se quiere que se pueda. Un largo tiempo de mensajes, imágenes, conversaciones hasta la madruga...