Humillación extrema de un ser patético

Madre puta, humillación extrema, depravación y morbo ultraperverso. Mi madre siempre fue una puta, y a un perdedor como yo no le queda más remedio que aceptar su condición y disfrutar con ello.

Lo que van a leer a continuación, aunque sea lo que suele decirse y muchos no lo creerán, es un relato de experiencias verídicas, así como un ejercicio de autoreflexión psicológica. Una especie de confesión autoterapéutica para acabar de abrazar mis demonios internos. Considero que esta web es un lugar ideal para soltar parte de lo que llevo en mi alma profundamente masoquista desde hace mucho.

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Nada más entrar nos encontramos a mi madre retozando en el sofá del salón...