Azul (XIII)

Observé a todos e inclusive Camelia reía.

Ya no sé qué decir por la tardanza en la publicación de este capitulo. Supongo que sólo me queda ofrecer una disculpa por la demora.

Agradezco a todos los que comentan y leen esta historia.


Subimos a la habitación de Iván y Agathe, al parecer, aún seguía molesta, porque no decía ni una palabra y apenas me miraba. Cerré la puerta y ella caminó unos pasos, se giró hacia mí y me miró con seriedad. Una canción pasó por mi  mente y la comenc...

Azul (XII)

¿Eres tú?

- ¿Por qué a ti? –preguntó Agathe a mi lado.

- No importa –le respondí.

Camelia no dijo nada y le dio la última calada a su cigarrillo; se puso de pie y sin mirar a nadie caminó hacia mí; se hincó a mi altura y se pasó la mano por el cabello, entonces me miró. Su mirada me dejó vacía e inmóvil. Torpemente me acomodé el cabello, y cuando menos lo pensé, sentí el golpe en mi cara. Camelia se puso de pie y se fue sin una última mirada, sin nada.

  • Auch –escuché decir a Iván a mi lado. ...

Azul (XI)

Tomé su cara entre mis manos y atrapaba sus labios con los míos.

Suspiré y me tiré en la cama. Minutos después escuché el ruido del zaguán y el motor de la camioneta; la voz de Iván exclamando un: ‘’ ¡Gracias!’’ y, después, la camioneta alejándose.

10.

Salí de mi casa dando las diez de la noche y fui por Agathe en la camioneta. Me estacioné, me acomodé la chamarra, peiné mi cabello en el espejo retrovisor y me puse un poco de labial humectante. Salí de la camioneta y cuando estaba en el primer escalón de tres para llegar a la puerta,  ésta se abrió y s...

Azul (X)

La tomé de las caderas hasta topar con ella en una pared y restregué mi cuerpo contra el suyo.

  • Lía, ayer te estuve marcando al celular y me manda directo a buzón –decía mi mamá cuando estábamos desayunando.

  • Ah, es que lo  tengo apagado –respondí.

  • ¿Por qué? –preguntó.

  • No sé –levanté los hombros.

Ya es miércoles de la segunda semana y aún no he encendido el celular.

Terminé de desayunar, me cambié de ropa y salí a correr como lo había estado haciendo estos últimos días. Al regresar seguí con el proyecto de la edición y ya por la tarde salí de casa para ir a las cla...

Azul (IX)

Ella me sonrió y en ese momento sentí que estaba pérdida por esta mujer. De su cara bonita y frágil.

En el camino de regreso me solté a llorar. Aparqué el carro a la orilla de la carretera y lloré más contra el volante. Sólo sintiendo la mano de Iván acariciarme la espalda.

  • Lía, tranquila –decía Iván.

Después de no sé cuánto tiempo de estar llorando me despegué del volante y me limpié las lágrimas con las manos; luego cerré los ojos y me recargué en el asiento.

  • Gracias Iván. Gracias por estar conmigo –le dije sinceramente, ahora, mirándolo.

  • No importa –respondió sonriendo–....

Azul (VIII)

Inicia el vídeo cuando voy de regreso del tocador y Camelia sale del cuarto de baño. Nuestras voces en el vídeo se escuchan lejanas. Me subo en la cama y después Camelia. Se escucha un poco cuando Camelia me pide disculpas y se lanza a besarme.

- Discúlpame, Lía. Discúlpame– clamó –. Pero no tienes que andarte besando con nadie más después de mí.

  • ¿Cómo? –pregunté un poco confundida.

  • No beses a nadie más –dijo eso y se lanzó sobre mí para besarme.

Me dejé caer sobre el colchón y decidí a no tocarla. Quería que en el vídeo se viera que era ella quien deseaba esto y no yo.

Me estuvo besando por unos minutos pero yo no quería mover los labios. Se sentó sobre mí y me miró. Después preguntó: ‘’ ¿Me deseas, cierto?’’ No dij...

Azul (VII)

Pasó sus manos por mi cintura hasta llegar a mi abdomen y me apretó más a ella. Tragué saliva y solté el aire por la boca. Posó sus labios en mi hombro derecho y atrapó con sus labios abiertos mi piel.

Camelia y yo nos fuimos directo a la habitación entre risas, empujones y roces descuidados. Ya dentro colocamos el seguro de la puerta. Me aventé a la cama con la misma ropa que traía y Camelia se fue encima de mí.

- ¿No te vas a cambiar? – preguntó con una sonrisa cerca de mi rostro.

- *¿Para qué? – dije riendo y juntando mi frente con la suya. Miré sus labios y después sus ojos. Repetí esa acción dos veces y finalmente me detuve en sus labios. Vi que se movían pero no tenía la intención...

Azul (VI)

- ¿Para qué? – dije riendo y juntando mi frente con la suya. Miré sus labios y después sus ojos. Repetí esa acción dos veces y finalmente me detuve en sus labios. Vi que se movían pero no tenía la intención de dejar de mirarlos.

Platicamos por mucho tiempo. A veces me venía a la cabeza la imagen de Renata. Mentí diciendo que Renata sí era mi novia para no dar muchas explicaciones. Y de cierta manera sí estaba saliendo con ella.

- ¿Y tus papás? – pregunté al ver que comenzaba a oscurecer y no llegaba nadie.

- No están. Regresan mañana en la noche – dijo recostándose sobre el sillón –. Ven, acuéstate conmigo. Me coloqué detrás de ella y la abracé por la espalda.

- *¿Y Juan? Platícame de él – dije en su oído...

Azul (V)

Mordí fuertemente su labio inferior para que se alejara de mí. Su reacción fue la menos esperada, tan tranquila.

*No dijo nada. A los minutos ya estaba sobre mí besándome los senos. Las dos para ese entonces ya estábamos completamente desnudas. Su cuerpo se sostenía por medio de sus rodillas que estaban al lado de mis caderas, respectivamente, y por sus manos que se recargaban en el colchón. Me dejó de lamer los senos para sentarse en mi abdomen. Sentí su humedad tan clara en mi piel que sólo eso me otorgó un inmenso placer. Levantó su cuerpo un poco pasando su mano derecha por debajo de su vagina y sin pensarlo me pe...

Azul (IV)

No pensaba en nada, sólo en seguir con ella.

5.

Han pasado unas cuantas semanas desde el último fin de semana en que pude tocar el cuerpo de Camelia y en el que ella me pidió dejar de hacerlo. Ella, creo yo, en el transcurso de los siguientes días, trataba de saludarme y comportarse comúnmente, pero no le era fácil. Las pocas veces que nos quedábamos solas, notaba la incomodidad en su cuerpo. No me miraba y buscaba la manera de alejarse de mí. No entendía por qué, bueno, quizá sí; y me molestaba que Camelia no haya encontrado la manera de co...