Una grata sorpresa
Lo que puede llegar a provocar una simple llamada telefónica
Debo reconocer que me sorprendí cuando me dijiste lo que estabas haciendo pero aún me sorprendí más cuando el enfado no llegó.
Te estabas tocando sin mí, teniendo yo la culpa de ello. Jum… no valía. Era injusto. Pero… cuanto me gustó saber que te excito… que lo provoco sin ni siquiera proponérmelo… Dios cuanto me gustó saber eso….
*Fue tan placentero escucharte gemir, sentir como mis músculos internos se contraían, cerrar los ojos e intentar oír cada vez más…. Solo quería que mi mente se inu...