La belleza de la mujer madura
Era solamente el olor de su piel humeda, el detonante necesario para que se encendiera la maquina perfecta de sexo que eramos ella y yo.
Realmente esto sucedió hace ya algún tiempo y aun no puedo dejar de pensar en ella, yo tenia 22 años y ella 43. nunca había escrito un relato pero estuve leyendo por curiosidad uno de alguien que firmaba maracucha ardiente o algo así esto me motivo. Los nombres de personas y ciudades fueron cambiados por respeto a esa belleza de mujer que me regalo esta historia que voy a compartir con ustedes.
Sonia era la esposa del dueño de un supermercado en la cuadra donde yo trabajaba, todas las tardes a l...