Cómo me trajiné a vuestra madre - Los desconocidos
Aquel invierno estaba siendo más frío de lo habitual y, mientras Marshall y yo discutíamos incansablemente sobre si eran más calientes los guantes o las manoplas, vuestra tía Robin se entregaba a su pasatiempo favorito: follar con desconocidos.
Aquel invierno estaba siendo más frío de lo habitual y, mientras Marshall y yo discutíamos incansablemente sobre si eran más calientes los guantes o las manoplas, vuestra tía Robin se entregaba a su pasatiempo favorito: follar con desconocidos. Y sí, desconocidos va en plural porque le gustaba hacérselo con más de uno a la vez.
Antes de salir de casa, se puso unos ajustadísimos leggins negros. Sin nada debajo, por supuesto. Aquella prenda marcaba su fabuloso trasero e insinuaba su insaciable rajita, pon...