París, 1830

André, un hombre de buena posición demasiado frío para sentir, acude a un burdel de la barriada del Sacre Coeur.

PARÍS, 1830

André enfiló el Boulevard de Clichy y se dispuso a bajar la calle, llevaba unos minutos andando cuando se perdió por un laberinto de callejuelas plagadas de gentes de mal vivir con los andares propios de aquellos que no se detienen a menos que tengan en sus manos aquello que han ido a buscar.

Vestía una elegante levita de un negro reluciente que se ajustaba perfectamente a su cuerpo atlético acompañada de una impecable camisa blanca cuidadosamente abotonada y su elegante pantaló...