Castigo público
Una mujer aguarda el momento de ser azotada públicamente como parte de la pena impuesta por su delito de seducir a un alumno de su clase
La gravilla del camino se me clava en los pies y me hace andar a saltitos, de una manera que yo sé que es ridícula. Lo peor es que además voy completamente desnuda. El entarimado donde se van a ejecutar las sentencias está al fondo y hacia él nos dirigimos. Somos tres mujeres, aunque sólo yo voy como Dios me trajo al mundo.
No sé lo que habrán hecho las demás, yo me encuentro aquí por haber mantenido relaciones sexuales con un alumno a mi cargo. Aclararé que soy, o mejor debo decir era, maestra en un...