La Fisioterapeuta
Todas las mañanas nos veíamos sin saberlo, pero ninguno podía negar la atracción existente
Tenía 19 años y trabajaba en una empresa cuyo sótano estaba alquilado a una clínica de Fisioterapia. Mi empresa abría a las 9h, pero la clínica empezaba a las 8h y al estar en un sótano siempre tenía que tener las luces encendidas. Su único contacto con el exterior aparte de la puerta de entrada eran unas pequeñas ventanas en lo alto de la sala de rehabilitación que se encontraban al nivel del suelo exterior y que eran reflectantes evitando así ver el interior. En invierno, a las 8:30h que llegaba más o men...