Sometida
Sexo y Dominio en el Espacio Exterior
La Capitán Dana era una mujer dura. No se comanda una nave de guerra, una fragata mercenaria, sin serlo de verdad. Es un trabajo duro y variado; a veces carguero mercante, a veces protegían a otros cargueros, y a veces no eran más que corsarios y piratas al servicio de gobiernos y corporaciones.
Era además, una mujer grande; superaba el metro noventa y los noventa kilos. Era alta y fuerte, de formas musculosas y quizá un tanto andróginas, con sus hombros anchos y amplias espaldas, y sus largos y fuert...