Placeres prohibidos, cap. I

De como todo empezó para mi enseñando a mi primo pequeño.

El día que empecé a convertirme en una depravada, una viciosa inmoral esclava de sus propios deseos, fue el día que experimenté el morbo del sexo prohibido. Recuerdo que el día anterior había discutido con Kike, mi novio, la discusión fue más acalorada de lo normal. Me había presentado por sorpresa en casa de Kike con ganas de tema, nada mas me abrió la puerta yo le besé y agarré su paquete pero el me apartó de un leve empujón y visiblemente cabreado y nervioso me grito:

-¡¿Pero qué haces, Sara?!

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