Anita al natural viii
Continúan las aventuras de Anita en un verano inolvidable para Jorge. Ya siento ser tan lento y os pido mil disculpas.
Ya se estaba haciendo una costumbre que por las mañanas fuese a ver a Anita a su casa o al bar de sus padres. Mi primo Guillermo también procuraba estar más tiempo con Verónica y yo escapaba en cuanto podía a estar con mi desinhibida amiga. Ese día fui a buscarla al mediodía. Era un día soleado y muy caluroso y apenas había gente en la plaza del pueblo. Solo dos ancianos estaban sentados en la terraza del bar. Dentro solo encontré a Emilia, que ordenaba unas cajas en la zona de tienda.
-Hola ¿Está Ani...