Mia por completo 04
A través de la abertura de la chaqueta, Adala vio el tirante fino de otra camiseta, y no pudo evitar imaginar el contorno de su ágil cuerpo bajo la ajustada prenda.
Lucas no había mentido: aquella tarde estaba especialmente animado. Adala retrocedió como pudo ante el avance de su amigo, devolviéndole los ataques y esperando pacientemente el movimiento que le hiciera vulnerable. Ya llevaban dos años entrenando juntos y comprendía a la perfección su estilo y cómo afectaban las emociones a sus habilidades para el combate.
Lucas era un oponente listo y habilidoso como pocos, pero aún tenía que aprender a diferenciar los estados anímicos de Adala y cómo afectaban esto...