El Animal y el Instinto
Cuando las Furias se desatan...
Aquel había sido un día bastante duro en el trabajo, y se había alegrado hasta el fondo de su alma cuando, por fin, había podido irse a su casa. Ahora, lo único que necesitaba era llegar a casa, quitarse los zapatos y, tras andar un rato descalza por la casa, tumbarse en el sofá un buen rato, para luego irse a la cama a dormir.
No se imaginaba hasta qué punto esos planes estaban lejos de hacerse realidad.
Tras llegar a casa y meter el coche en el garaje de la casa, subió las escaleras que...