Mi compañera de piso, un vibrador y un taxi.
-El viaje fueron 17 euros. Marina se rio tirando de mi mano, dejando al hombre en medio del rellano. -Date por pagado.
Llamé a la puerta de la habitación de Marina antes de entrar, viendo que estaba estudiando. Eran las ocho de la tarde, tenía tiempo de sobra de arreglarse para mi plan.
-¿Tienes planes para esta noche?- le pregunté sutilmente.
-No, ¿por qué?
-Está bien, salimos a cenar.- le guiñé un ojo antes de irme.- Tengo una sorpresa para ti, ponte sexy.
Apenas dos horas después, Marina salió de su habitación, cambiada y maquillada, con un vestido rojo muy provocativo, tal y como le había pedido...