Ni tan gallo ni tan venado, desvirgando a David 2
No podía seguir así, lo necesitaba dentro de mí, sentir esa gruesa y dura verga revolcándose en mi interior. Sin advertir que por puro instinto corporal de su cuerpo y del mío, sentí como su glande se deslizaba rápidamente dentro de mi vagina.
David se agarró de los pelos y se echó a reír me cagaste maá mientras su pene semierecto oscilaba tic, tic, tic, tic (con un tic de resistencia) prueba de que su cerebro estaba abajo y no arriba y gozaba de mucha vitalidad.
Mientras ello sucedía, pensaba que en la retrospectiva del primer asalto, se podría decir que en el cunnilingus Lo paso, claro, algo como un 13/20, pero nada que no tenga solución. Sin embargo, me preocupaba algo más Sus besos, allí es terrible, su lengua era muy ancha, invas...