Entre la espada y la pared
No debimos hacerlo... Por culpa de aquél día, Laura nos descubrió.
Como recordarán, Sergio y yo tuvimos unos cuantos "roces" en el lavabo de casa de una amiga, durante la celebración del carnaval. Al salir de allí, Laura (una de las chicas que allí estaba) nos vio salir de la habitación y una sonrisa pícara se dibujó en su cara.
Pese a que no me dio buena espina su sonrisa, no hice el mínimo caso, pues después se comportaba como si nada hubiera sucedido. "Seguramente no se dio cuenta de nada" pensé. Que equivocado que estaba
Los días pasaron y volvimos al...