Objetivo fallido

Una noche de lluvia. Una noche de pasión. Una noche que no olvidarán jamás...

Entramos en un piso pequeño, sin recibidor, con tan solo un saloncito, una cocina arrinconada y una habitación justo al final de un estrechopasillo. Fuera llovía de una forna vaga e intermitente pero nos sirvió a ambos como pretexto perfecto para encontrarnos solos bajo un mismo techo. Su techo. El único que podíamos alcanzar a esas horas de la madrugada. Nos quitamos los abrigos, nos sentamos en el sofá desecho y permanecimos en silencio, con nuestros cuerpos casi pegados pero lejos el uno del otro, como s...