Alan y Eva
También tú morderías la manzana. Relato de infidelidad consentida, algo de swinger y pecado, mucho pecado.
Querida Sandra,
En nuestro intercambio de correos me has preguntado varias veces como comenzó todo. Y lo curioso es que todo empezó sin querer. De la forma más absurda e inimaginable que pudiera pensar. Si me lo preguntas un día antes te hubiese dicho que era imposible y sin embargo el día menos pensado tu vida cambia para siempre. Espero que sepas encontrar las palabras adecuadas a mi historia, mejor dicho, la historia de Alan y Eva, el pecado original.
Pero el asunto comenzó un fin de semana e...